Carta abierta a la complicidad

Carta abierta a la complcidad

 

Hoy no vengo a escribirte despedidas falsas por culpa del amor, ni tampoco y que bueno tengo el poder de hacerte llorar o sufrir… pero has sido tanto en mi que no quería dejar morir esto así, así de simple… que no podía dejar esto inconcluso, los buenos libros se leen de principio a fin y este libro con esta historia quiero terminarla así…

Carta abierta a la complicidad

Fuiste el encuentro tardío en un principio; la palabra exacta y la herida que aún dolía de tu pasado.

Fuiste mi día siguiente, la mañana de suéter azul de la linda presencia inesperada.

Fuiste la noche acurrucada en mi hombro, el invento de un cuento, los besos que día tras día se dibujaban en mi… Has sido tanto y tenías tanto que darme, que ofrecerme en aquel entonces en donde la indecisión y la desconfianza le ganó (*ganaron) tantas veces la batalla al amor.

Fuiste la inspiración en la letra, la poesía, la que una y otra vez releía y me gustaba.  

Fuiste el desencuentro, la desesperación en los actos, al buscarte, al correr y no encontrarte.

Fuiste la queja de lo que dejé de hacer y la mentira, la conquista perdida al sentirte tan mía.

Fui ese Don Juan que dejó de recitarte Doña Inés. Fui tu ruego, tú mi Frida y yo tu Diego; fuiste mi noche calida de película de miedo; el desvelo presuroso, la sonrisa en la mirada, la nostalgia, el suspiro, la ternura que en detalles cautivaba.

Fuiste el asombro al no olvidarte, al recordarte, quererte y extrañarte.

Fuiste mi celo, mi reclamo, y mi duelo al amor; al recuerdo que en tu nombre grabado en la tumba, que nunca quise, ni pude enterrar.

Pero mas allá de los sinónimos que tu presencia en su cariño trajo consigo…

has sido esa COMPLICIDAD que duele al amarte; has sido la cómplice de mis locuras, de mis enojos y alegrías; la que en un tiempo esperaba con paciencia mi presencia; la que a sufrido, la que a llorado, la que a veces a buscado y rebuscado muy en el fondo “los te amo”.  

Has sido poco a poco el aire que respiro, lo que siento, lo que pienso, mi mejor complemento, la equivocada COMPLICIDAD con las palabras tardías, con los arribos retrasados o los adelantados…

 Has sido simplemente eso, mi pareja, mi motor, mi bujía, el complemento de un todo, de lo bueno, de lo bien, de lo mal, el testigo fiel, el asalto al corazón, el arrebato, mi amor, mi rato… Fuiste tú, fuiste al igual que yo parte importante en el desamor.

Gracias por ser lo que quisiste ser, gracias por el tiempo que no se olvida, por todo lo que hiciste, lo que dejaste…. Gracias por ser solo eso mi complicidad. René M. Kueyatl

 Carta abierta a la complicidad