Parece que fue ayer cuando me dedicaba a pintar en los
viejos papeles del rincón, fue el tiempo en donde todo olía a óleo y a carbón, cuando acomodaba los clavos y la tela se estiraba para el marco de mi cuadro, y la imprimatura corría a la par de las buenas ideas, donde la imaginación visual
comenzaba a crear, fue cuando transpiraba arte, lo sudaba a chorros lo pintaba
y me lo comía a pedazos de yeso en escultura todos los días de cuatro a ocho. Fue el
tiempo de la Escuela
de Artes Visuales del Estado. Kueyatl
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