Parece que fue ayer cuando llegaste a la Buap a
conocerme; aún viene a mi mente el recuerdo de tus palabras que en tono
serio me decías: "entonces... ¡eres tú el cuñado!", después de eso me
diste un abrazo y sonreiste. Desde ese día hasta hoy muchas
cosas pasaron, y aunque los amores ya no están, aún se conserva ese
sublime pensamiento de lo que en algún momento compartimos. Me
acompañaste en momentos difíciles Paquito, estuviste ahí, cuando más lo
necesité, mi memoria no olvida tu hombro cuando cargó el dolor de una
perdida que a mis ojos anegaba. Son muchos los recuerdos amigo, las
letras, la poesía, la música y creo que hasta tuve la suerte de tomarme
una que otra cerveza contigo; pero bueno a veces las palabras sobran en
estos momentos; solo deseo de todo corazón que tu gente que en algún
momento fueron parte cercana de mi vida, tú Papá, tus hermanas y
hermano, encuentren paz en tú recuerdo, por que al final y algún día,
todos estaremos allá contigo. Dios te bendiga Paquito, ¡Descansa en paz!
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