Demi |
De mi te acordaste,
¡oh! mi joven aquella;
que fuiste tan linda
en decir un ¡te quiero!;
salió de tus labios
yo no dije nada;
fue algo
hermoso el oír lo que espero.
Una voz de cariño y
tu mirada tan tierna,
como una niña
indefensa acudiste a mis brazos
yo no lo creía el
sentirte tan cerca:
éramos como el
ensueño, dos ocasos...
que desde algún
rincón del universo
brillaban con tanto poder,
como las palabras
del verso.
Pero esto no pudo
ser…
porque tu te
alejaste y de mi te burlaste mujer,
sin dejarme tu rastro,
fueron tantas las
ansias, ¡oh, tonto querer!,; que yo casi muero
al no sentir tus
carias a no oír un te quiero.
Hoy te acuerdas de
mi, y te agradezco el pensar lo que fue para ti,
un poco al mirar
que no somos perfectos
¿porque me dejaste
sin decir un adiós?
desde ese momento,
cambie mi concepto de lo que es el amor,
por eso no te
perdono que te perdone Dios.
René
M. Kueyatl
A Demi
M.
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