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lunes, 19 de noviembre de 2012

México lindo y querido



A la dulce tierra que me vio nacer… México lindo y querido

El país, el gobierno, el estado, México, la farsa, la mentira, la pomposa sociedad, la burocracia, la mentalidad: "el que no tranza no avanza"; la maldición de la malinche entre la gente, el arraigado machismo y a veces el mentado feminismo; la marginación, la necesidad, el odio, el dolor, la falta de bondad, la venganza, "el chivo expiatorio" y el rencor.

A PRI, pan y agua nos han mantenido, nos entretienen con la cajita mágica del olvido, la televisión... "A que le tiras cuando sueñas mexicano"...  Los pobres más pobres,  ahorcados; nuestros dirigentes más ricos, más políticos acaudalados, más hacendados y corruptos;  diputados con fuero que intentan colmar con palabras, leyes y decretos el hambre de un pueblo acostumbrado a ser saqueado por sus conquistadores, entre promesas seguimos cambiando oro por espejitos; por eso comulgo a momentos con el apartidismo, no quiero, ni puedo defender lo indefendible.

Las protestas, los  descaros, los impuestos; la osamenta del encanto, las mangas, los chalecos, el folklorismo de unos cuantos, "chinga por que atrás te vienen chingando", el mercado los curules, los vende patrias de a centavo... nos reímos de nuestro propio sufrimiento en la amarga comedia del mexicano chingón; nos reímos a carcajadas del abusado, de la inteligencia del maleado, del caído; nos reímos del maltratado, del malparido, del desgraciado; nos reímos de nuestra propia realidad; así es el mexicano hacemos comedia de nuestra propia tragedia.

México es simplemente México... es la plaza de los muertos olvidados, de los desaparecidos; silenciados por el paso firme del soldado; son las marchas con mantas de sueños idealistas, las protestas rojinegras, los huelguistas; ¡a quien le interesa, ¡caray!, a quien le importa si fue un ajuste de cuentas, si salió de su casa y lo balearon, si le robaron, o mutilaron, ya  es normal, es nuestro rancio pan de cada día; ya  siempre somos noticia de primera plana y portada de periódico amarillista.

Ya no nos sorprende  la corrupción, las mordidas, la inseguridad, los toques de queda, la injusticia, la violencia, la maldad, la impunidad de varios, de muchos; de los tantos gobiernos que se creen Alibaba y sus cuarenta ladrones, "los bizarros Robin Hood del presente" que les roban a los pobres para hacer más ricos a sus ricos.

No nos sorprenden los delincuentes de cuello blanco;  de los que tienen "buena cuna"; un buen gusto con chofer a la puerta, y carro del año; los de fino paladar y modales refinados, los que viajan a Europa diez veces por año, y roban mucho más de lo que los hijos de sus hijos de su madre y de su padre pueden gastar.

Siempre es lo mismo, siempre es igual, la misma canción, el mismo teatro, la misma basura, el mismo final; los cárteles, la rivalidad, las masacres, Acteal;  los muertos y muertas en Juárez, crímenes sin resolver en todo el país, los famosos decapitados, la injusticia, la avaricia, el poder… Ese es México, nuestro bien querido México, donde las cárceles parecen hoteles y moteles de paso para los capos, los defraudadores del pueblo, funcionarios cleptómanos asociados, usureros de estado con "casita de interés social", militares corruptos con licencia para matar y políticos de cepa con credencial.

Cada vez se siembran más drogas que fríjol, que maíz; se cosecha la muerte, la adicción; nos volvemos costumbristas de la noticia que intimida, de la violencia, las amenazas,  de la extorsión; nos perdemos entre traumas, negligencias, nos matamos, enterramos, nos reímos, lloramos y rezamos en magníficos altares  los muertitos.

Vivimos en la tierra de nadie, del nunca jamás, la del cuento corto de triste final, donde habitan piratas con garfio sin Peter Pan; vivimos entre secuestradores y secuestrados; entre mártires olvidados; entre  cuernos de chivo, lamentos, sicarios y narcos ajusticiados; vivimos entre la gente de mala calaña: entre gobiernos corruptos, políticos preciosos y curas pederastas... ¿No hay salida para nuestra ya decadente y prostituida sociedad?  Ni con golpes de pecho, ni Santitos, ni cristiandad.

Así es nuestro México, lleno de gracias y altares;  de costumbres, raíces, calaveritas, tequila y nopales;  lleno de rezos, de tratados de libre comercio, de  pactos con nuevos pesos; lleno de tradiciones,  y cicatrices que no cierran.
Así es nuestro amado país, lleno de iglesias que nos hablan de paz con todo y su virgen del Tepeyac…
¡Bienvenido paisano! dice el pobre fulano... Esperemos algún día cambiar nuestra realidad, esa estúpida mentalidad, ganar más y perder menos, entender que abrazar es mejor que engañar, que robar, que matar… México lindo y querido si me muero lejos de ti, que digan que estoy contigo y que me traigan aquí. René M. Kueyatl


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