A la dulce tierra que me
vio nacer… México lindo y querido
El país, el
gobierno, el estado, México, la farsa, la mentira, la pomposa sociedad, la
burocracia, la mentalidad: "el que no tranza no avanza"; la maldición
de la malinche entre la gente, el arraigado machismo y a veces el mentado
feminismo; la marginación, la necesidad, el odio, el dolor, la falta de bondad,
la venganza, "el chivo expiatorio" y el rencor.
A PRI, pan y agua
nos han mantenido, nos entretienen con la cajita mágica del olvido, la
televisión... "A que le tiras cuando sueñas mexicano"... Los pobres más pobres, ahorcados; nuestros dirigentes más ricos, más
políticos acaudalados, más hacendados y corruptos; diputados con fuero que intentan colmar con
palabras, leyes y decretos el hambre de un pueblo acostumbrado a ser saqueado
por sus conquistadores, entre promesas seguimos cambiando oro por espejitos;
por eso comulgo a momentos con el apartidismo, no quiero, ni puedo defender lo
indefendible.
Las protestas,
los descaros, los impuestos; la osamenta
del encanto, las mangas, los chalecos, el folklorismo de unos cuantos,
"chinga por que atrás te vienen chingando", el mercado los curules,
los vende patrias de a centavo... nos reímos de nuestro propio sufrimiento en
la amarga comedia del mexicano chingón; nos reímos a carcajadas del abusado, de
la inteligencia del maleado, del caído; nos reímos del maltratado, del
malparido, del desgraciado; nos reímos de nuestra propia realidad; así es el
mexicano hacemos comedia de nuestra propia tragedia.
México es
simplemente México... es la plaza de los muertos olvidados, de los
desaparecidos; silenciados por el paso firme del soldado; son las marchas con
mantas de sueños idealistas, las protestas rojinegras, los huelguistas; ¡a
quien le interesa, ¡caray!, a quien le importa si fue un ajuste de cuentas, si salió
de su casa y lo balearon, si le robaron, o mutilaron, ya es normal, es nuestro rancio pan de cada día;
ya siempre somos noticia de primera
plana y portada de periódico amarillista.
Ya no nos
sorprende la corrupción, las mordidas, la
inseguridad, los toques de queda, la injusticia, la violencia, la maldad, la
impunidad de varios, de muchos; de los tantos gobiernos que se creen Alibaba y
sus cuarenta ladrones, "los bizarros Robin Hood del presente" que les
roban a los pobres para hacer más ricos a sus ricos.
No nos sorprenden
los delincuentes de cuello blanco; de
los que tienen "buena cuna"; un buen gusto con chofer a la puerta, y
carro del año; los de fino paladar y modales refinados, los que viajan a Europa
diez veces por año, y roban mucho más de lo que los hijos de sus hijos de su
madre y de su padre pueden gastar.
Siempre es lo
mismo, siempre es igual, la misma canción, el mismo teatro, la misma basura, el
mismo final; los cárteles, la rivalidad, las masacres, Acteal; los muertos y muertas en Juárez, crímenes sin
resolver en todo el país, los famosos decapitados, la injusticia, la avaricia,
el poder… Ese es México, nuestro bien querido México, donde las cárceles
parecen hoteles y moteles de paso para los capos, los defraudadores del pueblo,
funcionarios cleptómanos asociados, usureros de estado con "casita de
interés social", militares corruptos con licencia para matar y políticos
de cepa con credencial.
Cada vez se
siembran más drogas que fríjol, que maíz; se cosecha la muerte, la adicción; nos
volvemos costumbristas de la noticia que intimida, de la violencia, las
amenazas, de la extorsión; nos perdemos
entre traumas, negligencias, nos matamos, enterramos, nos reímos, lloramos y
rezamos en magníficos altares los
muertitos.
Vivimos en la tierra
de nadie, del nunca jamás, la del cuento corto de triste final, donde habitan
piratas con garfio sin Peter Pan; vivimos entre secuestradores y secuestrados;
entre mártires olvidados; entre cuernos
de chivo, lamentos, sicarios y narcos ajusticiados; vivimos entre la gente de
mala calaña: entre gobiernos corruptos, políticos preciosos y curas
pederastas... ¿No hay salida para nuestra ya decadente y prostituida
sociedad? Ni con golpes de pecho, ni
Santitos, ni cristiandad.
Así es nuestro
México, lleno de gracias y altares; de
costumbres, raíces, calaveritas, tequila y nopales; lleno de rezos, de tratados de libre
comercio, de pactos con nuevos pesos;
lleno de tradiciones, y cicatrices que
no cierran.
Así es nuestro
amado país, lleno de iglesias que nos hablan de paz con todo y su virgen del
Tepeyac…
¡Bienvenido
paisano! dice el pobre fulano... Esperemos algún día cambiar nuestra realidad, esa
estúpida mentalidad, ganar más y perder menos, entender que abrazar es mejor
que engañar, que robar, que matar… México
lindo y querido si me muero lejos de ti, que digan que estoy contigo y que me
traigan aquí. René M. Kueyatl
No hay comentarios:
Publicar un comentario