Reproductor

lunes, 19 de noviembre de 2012

Retrospectiva de un cierto café


Retrospectiva de un incierto café


Sabes podría haberte comprado un peluche; regalado una rana, un osito, un detalle; una docena de rosas y tal vez algún chocolate light para eso de la buena dieta y el ejercicio. Pero bueno… tus ojos, tu sonrisa, tu presencia, ¡la buena platica!; tu voz, tu mirada y simplemente Tú y solo Tú aplicaba para mucho más que eso, y después de tanto pensar, se me ocurrió hacerte esto.
 
 RETROSPECTIVA DE UN CIERTO CAFÉ
(Espero te guste)

Entre dos cafés empezó la plática… Pasamos de los reclamos: “que si tú”, “que si yo”, “que si me eliminaste”, “que si no”, hacia tu vida. Pasamos por el amor, llegamos al desamor; a lo que más mueve y conmueve a un intento de poeta para escribir; hablamos de familia, de metas de proyectos, de desgracias; pasamos de tristezas, llegamos a hospitales, a locuras, a verdades, a nostalgias.

El café seguía… Hablamos de sublimes emociones; lo que implica sentir entre tontas letras y poesía; de ahí nos pasamos a lo importante de la vida… hablamos de la edad, de mi buena juventud a mis 21; y después de un cigarro, dos cigarros, que por cierto estás a punto de dejar; empezó una poesía nerviosa, entre manos temblorosas y voz entre cortada:

 “De todas las palabras escondidas… te decía”. ¡Uff! Un leve nerviosismo se asomaba en ti. ¡Wow! no sabias que decir, ¡no me mires!... decías; con una leve sonrisa en tu rostro cambiabas la conversación.

“Te puse nerviosa”, pensaba… divagaba entre miradas; ¡no lo puedo creer!

Íbamos de un tema a otro: hablamos de mujeres, y más de las de gusto extraño "las que regalan celulares"; hablamos de libros, de la perfección; de películas con un cierto lado obscuro en el corazón; hablamos de escritores, de romanticismo, de pintores y de un “Dalí”.
Y así entre una buena plática  a sorbos de pensamiento con olor a café, llegamos de nuevo a ti, al buen miedo de verte, al respeto por tenerte tan cerquita de mi; pasamos al tema de la musa casi inalcanzable, la que impone con tan solo mirarme; la que a veces por un instante siento su mano y no quisiera soltarle; la buena musa inaccesible a mi vida, que siempre me a gustado desde que la vi, la que algunas veces he dado por perdida.

 Que interesante y que buena inspiración le das a todo esto ¡caray!...

No parábamos de hablar, ni Tú ni Yo; y así entre plática y más plática se nos pasaba el tiempo, los minutos se volvían segundos entre tu tesis y el café que tristemente terminaba; y bueno, desgraciadamente nos teníamos que ir. Pero como siempre me dejas un grato sabor a ti: a café de moka caliente y una plática que espero nunca llegue a su fin.

De verdad no tengo palabras, no tengo tanta poesía que inquiete tus miradas, que opaque tus sonrisas, que nuble tu presencia, y aunque suene muy cursi todo esto: “en serio que me encanto ese cierto café con aroma a ti”.

Gracias por estar aquí, por comunicarnos tan bien; gracias por compartirme un poco de tu universo, por ser mi amiga, mi musa; gracias por existir en mi vida y por ser simplemente TÚ. 

Pocos cafés recuerdo como este, tal vez la magia solo existió por unos instantes… pero profética fue testigo de la buena tarde noche; una mesita a la intemperie y un sillón se volvieron parte de una plática, y el complemento perfecto de nuestro café.

“Desgraciadamente las grandes historias no tienen finales felices”… y en este caso: “distaba mucho, de ser una historia y mucho menos pensar que  viviríamos felices para siempre”. Pero al menos sé que bastó para crear rimas, una buena locura; poesía, letras e inspiración… y lo más importante fue suficiente para tener un buen recuerdo de ti para la buena creación,  en aquella memorable tarde de sábado.

René M./ Kueyatl

No hay comentarios:

Publicar un comentario

De locuras letras y poesías