Mis ganas, mi tiempo, mi sombra, mi camino, mi emoción, mi suspiro, ¡mi adios!
Y aún sigues aquí, aferrada, amarrada a mi pecho, tratando de sentir lo que no quieres, lo que no sientes, y te esfuerzas y valoras los momentos y luego se te olvida, tratas de demostrar lo vale un corazón con apuro de soñar en soledad y nada te queda tan bien, tan perfecto como verte a un espejo y ser solo tu quien existe y nadie más. Kueyatl
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