Por René Martínez Lara / Kueyatl
La humanidad se mece en el
letargo eterno de la indiferencia, la multitud se pierde en la oratoria,
el enajenamiento y la cerveza. Las palabras entretienen al hambre, las
apuestas están en el aire, el camino de uno será el destino de muchos,
el pueblo está ávido de encontrar respuestas, soluciones a su miseria,
buscan y encuentran a los merolicos vende sueños de poder y de grandeza:
Röhm, Goebbels, Hess, Himmler, Goering, Bormann, Heydrich, Eichman, entre muchos más que están en la lista de los nuevos libertadores de una patria subyugada por una guerra perdida.
Los
mártires idealistas convencen al odio por la sangre, se escribe "Mi
lucha", siguen las marchas, las huelgas, el descontento, y asi comienza
la demencia... así surgen las ganas de que la larva se convierta en
mariposa.
Los nacional socialista ganan unas dudosas
las elecciones; el salvador surge de entre las sombras, se acaban los
tratados, la paz, el armisticio, los modales, la buena educación, la
humanidad; se rompen cristales, se hacen juramentos ondeando las
banderas de una nueva libertad, las cruces gamadas observan el horizonte
incierto desde arriba del Reichstag. Se instaura el ejercito nacional,
se oye el golpe fuerte del soldado que marcha decidido a morir por el
hombre, se oye la voz firme y convencida de que existen dioses
terrenales, supremos cancilleres intocables, los ejercitos van y vienen
por la noche, se atrincheran entre el lodo y la miseria; y se conquista
por el cielo, se conquistan las fronteras, se reparten las tierras, la
reina arde en los ataques, los paises pierden una batalla sin tregua.
Goering está orgulloso de sus aves "la Luftwaffe",
el alto mando planea de lejos en los alpes, la guarida del lobo se
llena de astutos generales, Rommel avanza con sus Africakorps y sus
tanques, la estrategia es lo único que importa para triunfar, Speer
aconseja al lider supremo el "como" y "donde" atacar, es su arquitecto
personal, el constructor de sueños y grandeza, del gusto sublime y la
belleza; y Goebbels es la voz oficial.
Heydrich, y las
SS hacen su visita diaria a los hogares, como testigos de un Jehová
olvidado van de puerta en puerta tocando, interrogando, cuestionando,
violentando, despojando, deportando, matando; familias enteras son
sacadas de sus casas, son llevadas a los Guettos, son los marginados sin
voz, ni voto, los de cruz bordada en sacos.
Y asi los nombres llegan de todas partes, las historias no se cuentan, nada se queda en la memoria, no hay conciencia.
Se inaguran las primeras olimpiadas del olvido, la otra será años más tarde, en el 68. Jesse Owens
gana la carrera, deja atrás la idea suprema del invencible blanco ario;
pero aún así con la victoria, nada cambia, la maquinaria sigue en pie y
muchos mueren por el Reich.
Movilizaciones por
doquier, se cierran las puertas, los trenes avanzan sin tregua, los
perros huelen el miedo, lo externan; no hay cuartel, ni remordimientos
para los que están a punto de morir, para los que llevan dentro la
zozobra; sangre, desventura, abandono, desolación, gritos, dolor,
represión, hambre, deshonor... los jinetes cabalgan decididos, el
apocalipsis está en su máximo esplendor, la solución final se aproxima,
Himmler hace un último conteo para los que estan a punto de morir, uno,
dos, tres mil.... él sabe que siempre habrá vacantes en los campos, esos
sucios prisoneros de traje gris a rayas y brazos marcados, son los
olvidados, los de mirada perdida, los zombies que caminan por inercia,
los muertos en vida.
¿que soñaran los prisioneros de
la locura del supuesto cuerdo?, si la esperanza muere cada noche entre
los tablones de una cama sin deseos de buenas noches. Son solo pedazos
de vida sin suerte, los que esperan como último consuelo de sus males la
muerte, y aún así, apesar de la incertudumbre y el dolor hay quién se
dedica a escribir las recetas de la abuela en medio del caos, aún así
existen los poetas del amor, los que cuentan los dias con esperanza y marcan
las paredes del lugar con ilusión, jovenes escritoras que narran su
historia como Olga Lengyel, como Ana Frank.
Miles,
millones pasan a ser peor que liendres o piojos, niños, ancianos,
mujeres, judíos, húngaros, gitanos, las razas son las condenadas, se
pierden entre las listas de la muerte, con el trabajo forzado, ángeles
oscuros danzan una última marcha macabra para los acusados, mientras
Wagner toca un preludio incierto de esperanza. A su llegada hay duchas
obligadas sin retorno, el gas Zyklon B se encarga de todos los no aptos para el trabajo, ya
inertes los recogen con palas sin honores de soldado, los apilan uno
tras otro, se respira la muerte por doquier, son peor que animales los
que van a ser incinerados, los hornos están ansiosos de llenar el cielo
de cenizas, los verdugos de placer, filas y filas de gente cadavérica,
puas, listas, Auschwitz, Treblinka, <a>Bergen-Belsen</a> son
sinónimos de muerte; el páramo interior que muchos sufrieron, que
muchos vivieron y se perdieron ahí, entre la inconciencia, la
deshumanidad y el sufrimiento.
Nadie recuerda a todos, nadie
supo los nombres de todos, ni de los que trataron de huir y recibieron
un balazo en la nuca, aquellos que fueron solo un número en el camino,
parte de los experimientos del tio "bueno" Mengele.
Del otro lado, para los carceleros y verdugos Josef Kramer, Irma Grese, Adolf Eichman,
Rudolf Höss, etc... fue solo un grotezco espectaculo, un deber, una
orden, "un placer el haberte conocido", "el haberte asesinado", un dolor
de cabeza al correr, al huír en la caza furtiva de los hijos de Israel,
y fueron el dedo cansado del asesino por tanto apretar el gatillo...
mientras las naciones hablan y hablan, solo hablan y reparten tierras,
se construyen muros, se crean fronteras, a nadie le interesa, somos
solo peones en este juego de soldaditos, de bombas nucleares, de
extermino y de lideres enajenados en donde el único que pierde es el
pueblo.
Y seguimos igual, lo único que cambia, es el
nombre, el puesto, la profesión, la nacionalidad, pero siempre con la
sed de conquistar... Hitler, Stalin, Mussolini, Truman, Bush, narcos,
terroristas y los del montón... los pendejos que se piensan
superiores.... como "Enrique" nunca existirán dos. René Martínez Lara /
Kueyatl "Con mucho respeto y dedicado a todos los olvidados de una Guerra"
Arbeit macht frei / el trabajo libera / Auschwitz |
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