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lunes, 7 de septiembre de 2015

Escribir

Lo bello de las letras es que lo más burdo puede ser sublime con tan solo poner las palabras en el lugar exacto... las putas pueden ser princesas y las princesas plebeyas sin Dios y sin diablo, se pueden construir castillos en el cielo de la nada, escribir tratados idealistas, que si conquistan en letras libertad; matar dragones a palos, enterrarlos y volverlos a crear, revivir los áridos desiertos del pasado, invocar a los mitológicos seres de la  antigüedad; pintar paisajes agrestes con brochas de color dorado; ser un preso naturalmente enamorado de verte pasar, concebirte en el infinito lienzo que a ratitos conquista el trazo de mi pluma; ser inmortal entre todos los mortales, aún al tomar del vaso de cicuta del rey asesinado; viajar con boleto en mano al Dantesco paraíso de tus ojos, al infierno de perderte, o al purgatorio de añorarte, construir en arrebatos los caminos que nos conducen a Comala, a cualquier viejo pueblo enterrado por los hombres; derribar en sueños los molinos de viento; volar sin distancias al entorno que cautiva cuando te veo pasar, y atravesar los muros penando tu desdén; describir cada minúsculo detalle que tiene el horizonte, reafirmar en letras y algoritmos ese destello que recorre tu piel, detallar cada pizca de lluvia que hace crecer a las flores; salvar doncellas en medio de una noche que nos cubre de placer, ser robador de corazones, secuestrador de momentos, el cazador cazado que a pesar del tiempo aún te hace caer; el arquitecto de cada linea irrepetible de tu cuerpo, el escritor favorito de los efímeros y tristes idilios en los puertos, el trovador de ti; de lo absurdo que me dejas cuando te pierdo dentro de la magia, es absolutamente romántico ese preciso momento que no te inmuta, ni arrebata, ni te queda, ni desmaya... y te escondes en silencios por desprecio al último acto concebido en ti; y yo siempre aquí, creando mundos de ensueño en la simpleza de tus ojos al mirarme, describiendo ese bello momento de encontrarnos sin querer; y regalar siempre en letras una nueva y mejor vida a la vida... ¡mi vida! 

Que hermoso es tener en este viejo papel el privilegio de crearnos, que romántico y necesario es reencontrarnos en lo extenso de las letras, y trazar en cada frase los absurdos que me hacen soñar a ratitos, en las teclas infinitas que me llevan siempre hacia algún lugar, que me llevan a ti, a tu ingrata profesión de ser el veneno de mis noches, la inquietud del encanto que pronto pasará; que bello... ¡pero qué bello escribir! Kueyatl


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