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martes, 20 de noviembre de 2012

AMNESIA DEL NO RECUERDO


Amnesia del NO recuerdo

Por que del amor ya ni me acuerdo... ni de las palabras, ni de tus palabras, ni de todo lo que fue;  ¿que hubiera sido?

No me acuerdo de tus pasos, de tu buen caminar hecho caderas; ni de aquellas tardes en donde poco a poco me adentraba en ti,  en esos ojos claros y de mirar seguro; en tu existencia.

No recuerdo esas sonrisas; tus sonrisas que tatuaban de tontos espejismos mis momentos, donde le quitabas nostalgias a mis noches y le ponías sabor a mis mañanas.

No me acuerdo ni de las travesuras de mi mano izquierda, o la derecha, donde inquietaba locamente tu inocencia, y anidaba con caricias tu cuerpo, inundando las esencias.

Perdí el olor de tu perfume, el buen sabor a lo que sabes; perdí memoria en tus contornos de aventura, de sube y baja; de montaña rusa y sin censura.

No recuerdo de nada, mucho menos de ti, de nada me pierdo.

No recuerdo ni las batallas heroicamente ganadas a detalles, ni tampoco de las que tristemente tuve que abdicar, dimitir, renunciar, firmando en lindos tratados de paz el armisticio; ante las incoherentes circunstancias del "adiós" que simplemente no cesaban.

No recuerdo ni de de las buenas, ni de malas, las inseguras, las inmaduras, las cabronas, las recabronas, las difíciles o las fáciles, las "sin sentir" como témpano de hielo, o las de “mucho querer” como queriendo comerse el amor en sentimiento; no recuerdo a ninguna.

No recuerdo los enojos... ni los tuyos, ni los míos, no claudico más en el último acto atroz de mi asesina.

No recuerdo sublimes poesías que inspiraran mis letras hacia ti, que acomodaran de buena forma mis versos. No recuerdo de poetas, ni malditos, ni benditos... No recuerdo de morir en ganas de verte, ni de perderte. No recuerdo nada; ni de tu nombre, o apellido; no recuerdo ningún detalle, tú dirección o tu teléfono; no me acuerdo del recuerdo, ni de arreglos florales de entrega inmediata.

No, no existe, ni existes, no hay retratos, ni fotos que revelar; no hay absolutamente nada que recordar o anhelar; ni el breve suspiro en la nostalgia, ni una sola lagrima derramada en errores continuos y en costumbrismos baratos, ni una palabra, ni el más escondido deseo de tus labios, de tus besos; ¡No!, ya no existe la buena luna en la noche romántica a tu lado, ya no existes como la autora intelectual de mi camino, de mis letras, mi infortunio o mi destino.

Ya no existe ni si quiera ese tiempo que marcaba entre relojes nuestros actos, esos momentos que guardaba y preservaba celosamente en mi corazón: dos boletos para el cine con palomitas y refresco ¡por favor!; o el profundo silencio que tenia tanto que dar y que decir; cuando a ratos lo encontraba, me mimaba y me arrullaba tiernamente en tu mirada.

Olvido de tu olvido, olvido de detalles, de mañanas, de tardes y de noches, me presto a olvidar pronto de ti...

Y para acabar.... créeme que no recuerdo de nada, absolutamente nada, ni respiro de ti, ni suspiro de nostalgias, de miradas, o de latidos de corazón tontamente enamorado, no extraño de nada, no muero de nada créeme, de absolutamente nada y mucho menos de ti.

René M. Kueyatl

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